It could get ugly, before it gets beautiful
La distancia es a el amor lo que el viento es para el fuego: apaga los pequeños, pero aviva los más grandes.
jueves, 11 de diciembre de 2014
miércoles, 12 de noviembre de 2014
viernes, 3 de octubre de 2014
Adonis
El cielo tirita con el susurro de un invierno nuevo,
se abren ventanas suficientes para todas las canciones,
mientras el tiempo que tanto sabía de mí se esconde tras un álamo.
Echo de menos un presente, dos caminos
y una mano que escoja libremente.
Bailando lejos, a paso lento,
en tiempos de viejos molinos y noches arcanas,
allá donde la mirada alcanzaba para ver el celaje gris entre sus cabellos.
Ante mí la tímida luz de sus ojos, el sol enredando mis dedos.
Hoy el viento arrasa los valles de mi hogar,
y la ciudad no sabe lo que pasa,
y el corazón no sabe lo que quiere.
Creí amarte en la clausura de tu ausencia,
creí saberte mía aunque no lo fueras.
se abren ventanas suficientes para todas las canciones,
mientras el tiempo que tanto sabía de mí se esconde tras un álamo.
Echo de menos un presente, dos caminos
y una mano que escoja libremente.
Bailando lejos, a paso lento,
en tiempos de viejos molinos y noches arcanas,
allá donde la mirada alcanzaba para ver el celaje gris entre sus cabellos.
Ante mí la tímida luz de sus ojos, el sol enredando mis dedos.
Hoy el viento arrasa los valles de mi hogar,
y la ciudad no sabe lo que pasa,
y el corazón no sabe lo que quiere.
Creí amarte en la clausura de tu ausencia,
creí saberte mía aunque no lo fueras.
viernes, 16 de mayo de 2014
Vivir con el infinito de un sueño dormido
Me falta tu mirada, tu sonrisa dulce, y tu cuerpo al despertar.
sábado, 3 de mayo de 2014
Hombre que mira la luna (Mario Benedetti)
Es decir la miraba porque ella
se ocultó tras el biombo de nubes
y todo porque muchos amantes de este mundo
le dieron sutilmente el olivo
con su brillo reticente la luna
durante siglos consiguió transformar
el vientre amor en garufa cursilínea
la injusticia terrestre en dolor lapizlázuli
cuando los amantes ricos la miraban
desde sus tedios y sus pabellones
satelizaba de lo lindo y oía
que la luna era un fenómeno cultural
pero si los amantes pobres la contemplaban
desde su ansiedad o desde sus hambrunas
entonces la menguante entornaba los ojos
porque tanta miseria no era para ella
hasta que una noche casualmente de luna
con murciélagos suaves con fantasmas y todo
esos amantes pobres se miraron a dúo
dijeron no va más al carajo selene
se fueron a su cama de sábanas gastadas
con acre olor a sexo deslunado
su camanido de crujiente vaivén
y libres para siempre de la luna lunática
fornicaron al fin como dios manda
o mejor dicho como dios sugiere.
viernes, 11 de abril de 2014
Noches de mayo
Somos tan extraños y mutuos al dolor que abrazamos,
que somos el osado reflejo de un sueño;
Y abusamos de las palabras,
cuando somos ajenos el uno al otro,
cuando el suspiro no calma la piel
y una mano el corazón no toca.
Lejos del muchacho obligado a la luna,
recoge las calles y las noches.
Que la marea llegue a tu arena
y que el viento recoja tus hojas.
Que cuando la brisa devuelva tu perfume a mi mano,
ilumine de fábulas mi verdad.
Pero aquí abajo
el tiempo desfila sus más alegres trazos,
aquí abajo el horizonte no se entrega al sordo mar,
aquí abajo el miedo no es un fruto amargo.
Cada lluvia agita tus huellas con más violencia,
sacude mi esperanza a prueba de olvidos.
En mayo regresa el viejo enigma,
el deseo insondable de ti,
y una vida que fluye sonámbula en tu ausencia.
Pasan las verdes primaveras y se agotan las danzas en el cielo,
una mirada que se duele, sabiéndose náufraga al no encontrarse en tus ojos.
El aire nocturno advierte que te has tornado verano,
que tus sabores son ahora extraños y que ya no reclamas tu paz.
que somos el osado reflejo de un sueño;
Y abusamos de las palabras,
cuando somos ajenos el uno al otro,
cuando el suspiro no calma la piel
y una mano el corazón no toca.
Lejos del muchacho obligado a la luna,
recoge las calles y las noches.
Que la marea llegue a tu arena
y que el viento recoja tus hojas.
Que cuando la brisa devuelva tu perfume a mi mano,
ilumine de fábulas mi verdad.
Pero aquí abajo
el tiempo desfila sus más alegres trazos,
aquí abajo el horizonte no se entrega al sordo mar,
aquí abajo el miedo no es un fruto amargo.
Cada lluvia agita tus huellas con más violencia,
sacude mi esperanza a prueba de olvidos.
En mayo regresa el viejo enigma,
el deseo insondable de ti,
y una vida que fluye sonámbula en tu ausencia.
Pasan las verdes primaveras y se agotan las danzas en el cielo,
una mirada que se duele, sabiéndose náufraga al no encontrarse en tus ojos.
El aire nocturno advierte que te has tornado verano,
que tus sabores son ahora extraños y que ya no reclamas tu paz.
sábado, 22 de marzo de 2014
Eterna Primavera
Entre llamas ardemos por la violencia del silencio. Coge la vida, coge el fuego blanco entre mis manos, mientras se llueve de estrellas la estéril noche, y el tiempo agita su dulce presencia.
Quién podría creer la suerte de mis ojos, encontrarse torpe en el aire una mirada despojada de secretos, desnudándonos, descubriéndonos el uno al otro.
Yo creí verte detrás de esa cortina, creí arrojarnos a ese mismísimo silencio. Allí permanecimos como un grito, cerramos nuestros ojos en voz baja, y mi sombra cansada se deslizó tras de mí.
Cuando el sueño me abrace, roba mi mano, no soy extraño a los latidos de tu corazón nuevo, no soy ajeno a tu nostálgico abrazar. Que gima el tiempo ahora en mi paz, que yo dejaré mi amor ardiendo en los caprichosos vientos de tu azar.
Me cuesta creer que el placer de tu presencia será tristeza por la mañana, que cuesta creer que en tus ojos dormidos estén aún vivos mis recuerdos, que cuesta creer que ese amor que destilas, que esa remota sonrisa que me destinas no es el desnudo de tu verde mirar.
Ella duerme ahora, duerme y despierta sus sueños, al amanecer recogerá su beso y sus días, y dejará los cansados deseos tendidos en el balcón.
Quién podría creer la suerte de mis ojos, encontrarse torpe en el aire una mirada despojada de secretos, desnudándonos, descubriéndonos el uno al otro.
Yo creí verte detrás de esa cortina, creí arrojarnos a ese mismísimo silencio. Allí permanecimos como un grito, cerramos nuestros ojos en voz baja, y mi sombra cansada se deslizó tras de mí.
Cuando el sueño me abrace, roba mi mano, no soy extraño a los latidos de tu corazón nuevo, no soy ajeno a tu nostálgico abrazar. Que gima el tiempo ahora en mi paz, que yo dejaré mi amor ardiendo en los caprichosos vientos de tu azar.
Me cuesta creer que el placer de tu presencia será tristeza por la mañana, que cuesta creer que en tus ojos dormidos estén aún vivos mis recuerdos, que cuesta creer que ese amor que destilas, que esa remota sonrisa que me destinas no es el desnudo de tu verde mirar.
Ella duerme ahora, duerme y despierta sus sueños, al amanecer recogerá su beso y sus días, y dejará los cansados deseos tendidos en el balcón.
'' Puedes venir a reclamarte como eras.
He conservado intacto tu paisaje.
Lo dejaré en tus manos
cuando éstas lleguen, como siempre,
anunciándote. ''
He conservado intacto tu paisaje.
Lo dejaré en tus manos
cuando éstas lleguen, como siempre,
anunciándote. ''
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